Fue desarrollada por Richard Jessor (1995). El centro de esta teoría gira alrededor de tres sistemas de influencia que generan como resultado un estado dinámico llamado propensión, que especifica la probabilidad de presencia de la conducta problema.

La conducta problema es definida como el comportamiento que se aleja de las normas sociales y legales y es diferente a los factores de riesgo, que están relacionados a la propensión de que la conducta suceda.

Una vez que se conocen las conductas problema predominantes en una comunidad, es importante reducir la probabilidad de que se sigan propiciando a través del desarrollo de los factores protectores como: Autoestima , asertividad, comunicación intrafamiliar, ambientes saludables, establecimiento de límites, etc.

En el trabajo con niños y adolescentes, utilizamos la técnica de enseñanza basada en el trabajo manual con piezas de LEGO®, fomentando el pensamiento creativo y el trabajo en equipo, permitiendo una reflexión más profunda de los estudiantes y un diálogo constructivo.

La reflexión parte de preguntas abiertas, así como de un ambiente de respeto y sin juicios a las opiniones de cada uno de los participantes.
«Creando la pasión por aprender a través del diálogo y la creatividad.»

1) El papel del facilitador se enfoca a la planeación y la evaluación de las experiencias de aprendizaje de manera que los participantes construyan el conocimiento.

2) Los contenidos son más formativos que informativos, esto significa un énfasis en el desarrollo de competencias, construcción de habilidades, así como la enseñanza de valores y el desarrollo de actitudes.

3) La transferencia de información se realiza por distintas vías independientemente de la exposición en el aula con el objetivo de facilitar el recuerdo de la enseñanza y las experiencias previas.